domingo, 18 de octubre de 2015

BAROÑA DE UN PASADO OLVIDADO.




Como ya sabéis  Baroña es  mi castro favorito de toda Galicia. Ya os indique en mi anterior entrada algunas características de este fantástico castro, pero ahora quiero profundizar más y meterme de lleno en el pasado con la historia que os voy a contar ahora:

Era de noche, Yo. Pedro y Enrique estábamos en medio de la nada, cansados, con los zapatos destrozados y los pies ensangrentados. Después de muchas horas de viaje encontramos  un pequeño pueblo pesquero llamado: Porto do Son.

Entramos en una taberna con prisa, para poder tener algo que llevarnos a la boca ya que llevábamos sin comer mucho tiempo. El tabernero nos ofreció todo tipo de mariscos: nécoras, percebes, centollos... cuando acabamos de comer no nos habíamos dado cuenta del ambiente que contenía ese bar, ya que el hambre nos cegaba todo, El ambiente era de un aire triste, desolado. Todo el bar estaba con expresionas muy depresivas, especialmente una señora que estaba llorando con gran potencia. Enrique le preguntó a la señora que le había pasado y ella le respondió: "He perdido a mi hija" Enrique,preocupado, le preguntó que como había sucedido su pérdida, Ella le respondió: "veras yo cada día voy a trabajar al barco con muchos hombres de mi pueblo para pescar algo y después repartimos lo que hemos conseguido entre todos y hoy fui al camarote para ir al servicio y deje a la niña en la proa, estaba mirando al mar, cuando volví la niña no estaba. Muchos hombres del barco intentaron buscarla: unos la buscaron por el barco, otros se tiraron al mar, pero no la encontraron por ningún sitio" Enrique, conteniendo las lágrimas, exclamó: !ENCONTRAREMOS A SU HIJA PASE LO QUE PASE! Dicho esto salió corriendo de la taberna, nosotros le seguimos. Pedro  robó una embarcación y zarpamos en la búsqueda de la niña perdida.



Zarpamos con ilusión y energía, creíamos que iba ser tarea fácil encontrarla. Nos equivocamos y a los 30 minutos de zarpar no sabíamos que hacer. Yo, con ánimo, dije:" vamos a tirarnos al mar, tiene que haber algún rastro de ella, si se cayo al mar seguramente habrá dejado algún rastro: de su ropa o de cualquier cosa". Dicho esto nos tiramos al mar. Empezamos a sumergirnos en el mar (con bombonas de oxígeno) y tras muchas brazadas hacia abajo encontramos una obra de una antigüedad espectacular, Enrique gritó! ES UN DOLMEN! !PERO QUE HACE EN MEDIO DEL MAR!???? Decidimos explorar a ver lo que había en ese dolmen misterioso y si tenía alguna pista sobre el paradero de la niña. De repente, según entramos en la entrada del dolmen, una misteriosa fuerza nos absorbió y el dolmen nos teletranportó a un territorio de la Barbanza al lado del castro de Baroña.


Nadie se creía lo que había sucedido pero ya no estábamos en medio del mar, ya no estábamos en el fondo del océano. Nos encontrábamos al lado de un dolmen igualito al que estaba en el fondo del mar, eso si pero en tierra. Decidimos continuar nuestro camino, a lo mejor la niña había caído en el fondo del mar y llegó al lugar donde nos encontrábamos nosotros. Tras unos 20 minutos de caminar, llegamos al castro de Baroña, solo hubo una sorpresa, el territorio estaba ocupado por unos seres como nosotros pero tenían piel de vaca como ropa y además una lanza en la mano. Desde luego no parecían ser  seres de la actualidad. Enrique dijo: llamarme loco, pero creo que hemos viajado en el tiempo y estas personas deben ser mouros, una civilización que habitaba en Galicia hace muchos años. Pedro le respondió burlón:"¿mouros? ¿ y ese nombre, te lo has inventado? ¿no?" Enrique: le contestó que lo había leído en un libro de historia de Galicia antigua. La verdad es que yo me lo creí porque Enrique es un joven que estudia mucho y le apasiona la historia.


(habitante del castro)

Continuamos caminando por el castro adelante y llegamos a una "casa" que debía de ser donde vivía el ser mas importante de este castro, un hombre robusto habitaba en ese castro y tenía una niña enjaulada a lado de ella. Nosotros empezamos a pensar que esa niña era la que estábamos buscando. El hombre nos preguntó que queríamos, la verdad nos sorprendió que supiera español perfectamente, le respondimos que de donde había sacado esa niña. El hombre se rió. Nos empujo de su casa y después salió de su casa gritándonos "esa  niña es mi tesoro", Pedro, enfadado: le gritó con muchísima fuerza: ESA NIÑA NO ES TUYA DEVUELVENOSLA O TE LA TENDREMOS QUE QUITAR POR LAS MALAS" La risa del hombre se volvió cada vez más y más fuerte y de la nada se transformó en un titán.


El titán enfadado grito:" voy a acabar con vosotros" y empezó a dar paso agigantados hacía nosotros. Nos escondimos en un megalito, uno de los miles, que había en ese castro, el gigante no paraba de avanzar destruyendo todos las obras que los mouros  habían construido en el castro, empezábamos a pensar que estábamos perdidos.


Cuando estaba al lado del megalito en el que nos habíamos escondidos. El gigante nos vio y empezó a correr hacía nosotros pero tropezó con el circulo del suelo, con la obra que habían creado los mouros, unos hombres que gracias a su genialidad en la arquitectura nos habían salvado, el gigante cayo al mar de la majestuosa playa de Baroña, se fundió en el y desapareció, estábamos salvados.


Los habitantes del castro de Baroña corrieron hacia nosotros felices ya que les salvamos de un mal que les esclavizaba durante muchos años. Tras las felicitaciones fuimos a la "casa" del titán ya fundido en las profundidades del océano Atlántico. Encontramos a la niña, la liberamos de su jaula y nos abrazó afectuosamente. Cuando estábamos saliendo del castro una moura se nos acercó y nos dijo que el dolmen del que habíamos salido estaba encantado. Fuimos corriendo a mirar y lo encontramos, decididos entrar en el dolmen con la niña y nos teletranportó  al dolmen que se encontraba en el fondo del mar, nos pusimos las bombonas de oxígeno, Enrique y la niña tuvieron que compartirlas,salimos a la superficie y allí estaba el barco, subimos en el y devolvimos a la madre que recibió a la hija  con mucha felicidad en el rostro .Lo habíamos conseguido

Acto seguido, salimos de la taberna y con mucha alegría  nos tiramos al mar para celebrar que habíamos rescatado a la niña.

Me desperté, con Enrique y Pedro en un sendero, no recordábamos nada de lo que había pasado, decidimos avanzar por el sendero y llegamos a un pueblo al que yo dije: chicos, hemos llegado a PORTO DO SON.



(ESTA HISTORIA CONTIENE BANDA SONORA, AQUI EL LINK)






 





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